¿Cómo se diagnostica la Fibrosis Quística?

Los síntomas de la Fibrosis Quística pueden ser engañosos ya que se pueden parecer a otras enfermedades.


Por ejemplo el silbido al respirar se puede asociar con el asma. Cuando a un niño se le diagnostica neumonía o bronquitis, puede que la Fibrosis Quística no sea identificada como la causa de esta enfermedad. Asimismo varios problemas digestivos imitan los problemas intestinales propios de la Fibrosis Quística.


Si su doctor sospecha que su hijo tiene FQ, hará las pruebas necesarias para identificarla.
Una de ellas es la prueba del sudor, en la cual se estimula una pequeña parte de la piel
para generar sudor. Si este contiene más sal de lo normal, se apoya el diagnóstico de FQ.


También se puede hacer un examen para ver la presencia de enzimas en el intestino.